SANACIÓN

Ningún problema puede ser resuelto por el mismo nivel de conciencia que lo creó. Albert Einstein

Hoy quiero compartir un texto de José María Doria para reflexionar y recordar que más allá de las formas y dentro de tantas noticias devastadoras y desoladoras, la humanidad camina hacia un despertar, hacia un salto evolutivo de consciencia, un nuevo modelo de relacionarse y ver al mundo y  que señala que algo está cambiando interna y externamente. Estas noticias no suelen salir por la tele o periódicos, y es necesario tomar conciencia de que somos parte del cambio que queremos ver fuera, para actuar y no quedarnos en la pasividad. Que sanar es integrar, no rechazar, aprender a ver más allá de las formas para adquirir la armonía que ya está en cada uno de nosotros y que perdemos cuando nos salimos de nuestro centro. El texto dice así: 

«La actual humanidad enfrenta dos grandes problemas que, a su vez, se relacionan respectivamente con dos ámbitos de su existencia: un ámbito externo que señala el deterioro medioambiental, y otro interno, que tiene que ver con el perturbador y vertiginoso avance tecnológico de la sociedad. Tanto uno como otro, se derivan del proceso de cambio y adaptación al que se ve sometida una sociedad dotada de increíbles artefactos voladores, pero que sigue sin tener la llave maestra para resolver la desolación que el ser humano experimenta. Todos sabemos que el actual modelo socioeconómico no alimenta los valores esenciales ni fortalece el sentido profundo de la vida.

Ante este panorama, uno se resiste a pensar que «tiempos pasados fueran mejores», tal vez, porque la mirada que se pueda dedicar a la trayectoria del ser humano sobre la Tierra, indica una formidable escalada. A poco que se observe el trecho recorrido, se constata que cada gran ciclo fue mejor que su precedente, no sólo en la dimensión técnica, sino también en la progresiva expansión de consciencia que diferencia al primitivo Cromagnón del ser humano racional y autoconsciente del siglo XXI.

Si el Universo, en toda la complejidad existente entre neutrinos y galaxias, es un ente sometido a una constante expansión, no cabe duda que todos sus componentes, incluidos nosotros, estamos sometidos a la misma ley de desarrollo permanente. Y aunque en muchos momentos tengamos serias dudas de que el mundo va a mejor, cuando las cosas son observadas desde otro nivel de mayor globalidad, se constata desarrollo, a pesar de que, a veces, resulte incomprensible para la visión del que padece la temporal estrechez y oscurecimiento de episodios regresivos.

Tanto las estrellas como los planetas, los imperios y las culturas y en definitiva, el ser humano, están sometidos a las leyes del ciclo. Nacen, crecen, llegan a su esplendor y decaen hasta «tocar fondo» y experimentar una nueva emergencia. Cuando se observa este fenómeno desde una visión panorámica, se comprueba que los grandes problemas que la humanidad enfrenta, no se solucionan tan sólo con estrategias derivadas del progreso técnico, sino más bien desde un cambio de paradigma o salto cuántico de la especie que, de manera abrupta, se instala en un nivel superior de conciencia convirtiendo lo que antes era problema en algo anecdótico.

El viejo Homo Sapiens está a punto de convertirse en Homo Lucens y en Homo Amans. Sin duda, una mutación que empieza a ocurrir en el escenario íntimo de la conciencia y que se manifiesta en el cambio de patrones profundos hacia nuevas formas de amar, de sentir y de actuar. Los viejos modelos mentales están velozmente desprendiéndose, al tiempo que la intuición y la inteligencia del alma comienzan a desplegarse de manera rápida y silenciosa. El siglo XXI es testigo de la aparición de focos insólitos que atestiguan la puesta en escena del nuevo Andrógino Psíquico. Se trata de hombres y mujeres de conciencia integral que han resuelto su anterior contradicción existencial y que actúan desde una nueva y más profunda Identidad.

La humanidad camina hacia un despertar supraconsciente que señala Unidad y reencuentro con la naturaleza profunda del Ser. Un salto evolutivo desde el que los anteriores problemas psicológicos y medioambientales serán trascendidos y resueltos en un nivel de comunión espiritual que hace realidad la máxima que afirma: tú no estás en el Universo, sino que es el Universo el que está dentro de ti. «

                                                                                                                                         Texto perteneciente al libro del autor José María Doria: «Inteligencia del alma»

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María José Navarro Delgado

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