La caminata consciente aparece como una manera de desarrollar la concentración y la atención plena al momento de realizar un paseo, y la convierte así en un espacio de meditación. A través de un ejercicio simple, podemos conectar con nuestro cuerpo, con todo lo que nos rodea y con el momento presente. En realidad, vamos de aquí para allá, caminamos para mover el cuerpo, caminamos mientras hacemos nuestras tareas diarias, y sin embargo nunca nos detenemos a pensar y sentir en lo maravilloso que es tener la salud, la fuerza y la posibilidad de poder caminar o desplazarnos.

La caminata consciente tiene como principal propósito entrenar nuestra mente, no nuestras piernas o glúteos. Por supuesto que el hecho de estar en movimiento tiene muchos beneficios para la salud: mejorar el sistema circulatorio, liberar endorfinas, etc., pero nuestra actitud es la «acción por la mera acción». Desde ahí abrimos camino, hacemos senderos y alcanzamos nuestros objetivos.

Por ello, lo importante es conectar con cada paso que damos, sentirlo completamente. Y para ello, caminar tranquilo y sin apuro es fundamental.

1. Sin Propósitos

No te enfoques en ningún propósito, camina por el mero hecho de caminar. Disfruta, simplemente, el hecho de caminar. Date el permiso de disfrutar y observar, intensamente, sin ningún juicio a cada paso que des. Observa, siente y siéntete.

2. Desapégate

Suelta tus preocupaciones y ansiedades mientras caminas. Pon tu mente en el Aquí y el Ahora. Al entrar en esta dinámica de de caminar conscientemente, no hay cabida para ningún otro pensamiento que no sea el de estar atento al presente. Nos damos cuenta de los pensamientos que nos distraen, y los soltamos amablemente sin identificarnos, para volver a la experiencia del caminar y el paso a paso. Date permiso de caminar unos cuantos minutos, simplemente por el hecho de caminar.

3. Sonríe

Anímate a dibujar una sonrisa en tu rostro, mientras caminas vas a poder experimentar una profunda sensación de paz, serenidad y bienestar total. «Al sonreír todo tu ser se renueva y tu práctica se fortalece. No tengas miedo de sonreír.» La sonrisa es la puerta al bienestar y la aceptación.

4. Respira Profundo

Éste es uno de los ingredientes más importantes de esta práctica. Respirar conscientemente significa estar presente en cada inhalación y en cada exhalación. Presta atención a tu respiración mientras caminas.

5. Cuenta Tus Pasos

Una buena ayuda al principio es contar los pasos cuando inhales y exhales. Si en el momento de tomar aire ya llevas 4 pasos, cuenta mentalmente del 1 al 4. Si al exhalar sólo llevas 3 pasos cuenta del 1 al 3 sin intentar controlar o acompasar. Conviértete en un observador de tu respiración.

6. Mantras

También, en lugar de números puedes pronunciar palabras siguiendo el ritmo de tu respiración. Puedes seguir, por ejemplo, el ritmo con la palabra «Aquí/Ahora«. Si das cuatro pasos con la inhalación, o decir cada paso: «aquí, aquí, aquí, aquí»… y en la exhalación: «Ahora, ahora, ahora, ahora». Utilizar cualquier palabra o frase que tenga un sentido para ti; siéntete libre de usar tu creatividad y usar palabras que resuenen dentro de ti.

7. Con confianza

Procura mantener una postura erguida mientras caminas consciente. Aunque tu atención estará principalmente en tus pies, es importante que tengas consciencia de todo tu cuerpo. Date el permiso de caminar con seguridad, paso seguro, siente tu planta de los pies en contacto con el suelo, con la tierra. Cada paso que des sea una afirmación o un mandato real hacia la Paz y la Felicidad de la Tierra.

8. Agradece

Date cuenta del milagro de la vida en cada caminar, en cada paso que das en la tierra, la vida brota a tu alrededor. Déjate sorprender con el milagro de la vida. Esta técnica en particular te parecerá extraña, pero vale la pena probarla. El sentimiento de arraigo y plenitud de esta práctica está más allá de las descripciones que se puedan realizar.

9. Con la Ira

En ocasiones cuando más necesitamos de estas herramientas es cuando más pretextos ponemos. «No estoy de humor hoy», «cuando se me pase el enojo voy a caminar». Sin embargo, es en éstos momentos en que más necesitamos poder salir a caminar, a soltar y a conectarnos con la tierra. Cuanto más practiques estas técnicas, más fácil se te hará hacer uso de ellas en los momentos de crisis, enojo o angustia.

10. Aprovecha Cada Momento

No existe el momento perfecto para caminar conscientemente. No te limites a programar «un ejercicio» para meditar caminando. Aunque lo ideal sería caminar por un sendero tranquilo o inspirador, tu realidad puede ser diferente. Aprovecha cada momento del día para caminar conscientemente. Cuando aparques tu coche camina hacia tu destino conscientemente. Cuando estés en la calle, llegando a tu casa, yendo al trabajo, yendo a hacer las compras, simplemente recuerda sonreír y disfrutar del momento.

María José Ahorayo

Caminata consciente
Agradece siempre